Según mis padres antes de E.T habían dos personajes de la infancia que consideraba una amenaza: Los payasos y el viejito pascuero. Entonces se me apretaba el estómago porque sabía que, sorpresivamente, vendría el gordo rojo a dejar los regalos. Y mi papá me decia que cuando aparecía por la puerta yo no quería acercarme y que lloraba a mares y le gritaba ¡tení pulgas! ¡tení pulgas! y me tenía que tomar en brazos consolandome hasta que se fuera. Esto era pasable en casa, pero una vergüenza cuando teniamos que ir a la convivencia navideña de la empresa porque " la hija del jefe se quizo echar al pulgüiento del viejo de pascua". No sé porqué se me metió en la cabeza que el viejito era pulgoso, quizás por la barba. De todas maneras creo que deberiamos hacer una versión tropical para evitar su sufrimiento con la consecuente hipertermia y sopeadura por el calor. Los payasos nunca me terminaron de agradar, especialmente los payasos de la vida, aquellos que son "terrible de simpaticos" y que tienen como un millón de amigos. No puedo evitar preguntarme ¿qué esconderan detrás de enfermiza necesidad de caer bien?.
Feliz Navidad.
Feliz Navidad.
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