Ya que llegaron aquí no queda mas que contar cuentos o dar fin a esto.
No, mentira.
Supongo que era inevitable.
Mamá y papá, en especial tú mamá, que comienzas a familiriarizarte con todo esto. El ancho de banda por que pagas es mas de lo que creias ¿no?.
Esto nació tiempo atrás como mi catarsis. Sin embargo la idea de tener un vomitadero publico no es mi estilo. Está es la casa de algunas ideas que no quiero perder. De las ideas que logro retener antes que mueran.
Mas allá de susto por "mi primera vez" y los dilemas emocionales quisiera pedirles que de verdad no se preocupen. Las letras aquí plasmadas no tienen un transfondo deducible y no harán mas que cofundirlos.
Como mi supramundo.
No es menos de lo que allí hay.
Asi que que quede claro que no tengo depresión ni tampoco estoy triste. Ni tampoco piensen que me arruinan la vida, porque no lo hacen. De hecho, me fortalezen.
Esto no es un diario de vida, solo es un bolsillo donde guardo algunas cosas.
Pueden pasearse aqui como gusten, es como un pequño hogar. Tiene algo de mí, aunque mas de nindë.
Porque escribo lo que ella me dice.
No porque no quiera hacerme responsable.
Sino porque ella puede decir las cosas mejor que yo.
Soy feliz.
De verdad.
pd: ya oh, no pierdan su tiempo!! hasta googlear es mejor que esto xD!!
pd2: de verdad que la idea de jugar psicologicamente con uds se me hizo interesante :P
31.8.06
8.8.06
El viaje no es una carrera
Desde que se cansó que la estoy persiguiendo.
Cada mañana impulsada en parte por la necesidad de materialisarme y en parte por la fina cuerda que nos une me veo obligada a correr tras ella cuando la calle está desierta y cuando la brisa baila desvergonzada para entumecernos.
Con su maldita prisa y su perfecta capacidad para volar esconde como ninguna la brecha entre lo que siente y lo que hace.
He estado espiandola, y cuando se detiene la observo perdida, desconcertada, acelerada, consciente de que le falta algo y aún así prefiere jugar a esquivarnos, en los pasillos o en las calles. Incluso me deja abajo cuando va tomar la micro rumbo a casa.
Aveces hace como que va a buscarme, hasta que nuestras miradas se encuentran, tratando de derribar las distancias, o tratando de derribarme a mí cuando el tormento la sobrepasa.
Sin embargo no le tengo miedo, no suelo desistir... excepto esa vez que quizo enfrentar las cosas y trató de entablar una conversación. Y me bloqueó, tanto que no pude decir una palabra.
Sentí que algo extraño le estaba sucediendo y mi mente se vio amenazada por la idea de diluir para siempre el universo que habíamos construido.
Catorce horas tratando de alcanzarla en la nocturnidad de sus días son recompensadas por las cinco horas libres de pestañeos, cuando se vuelve fragil y brilla como nunca, cuando puedo permancecer a su lado sin que lo note. Esperando que la noche reparara el día y tuviera la certeza de que al despertar viera que sigo ahí , vuelve a sonar el despertador y ella acelera su corazón al compás de las lineas de su estúpida agenda.
Ya no importa que no me esperes, cuando el cansancio te gane nos encontraremos.
El viaje no es una carrera
Cada mañana impulsada en parte por la necesidad de materialisarme y en parte por la fina cuerda que nos une me veo obligada a correr tras ella cuando la calle está desierta y cuando la brisa baila desvergonzada para entumecernos.
Con su maldita prisa y su perfecta capacidad para volar esconde como ninguna la brecha entre lo que siente y lo que hace.
He estado espiandola, y cuando se detiene la observo perdida, desconcertada, acelerada, consciente de que le falta algo y aún así prefiere jugar a esquivarnos, en los pasillos o en las calles. Incluso me deja abajo cuando va tomar la micro rumbo a casa.
Aveces hace como que va a buscarme, hasta que nuestras miradas se encuentran, tratando de derribar las distancias, o tratando de derribarme a mí cuando el tormento la sobrepasa.
Sin embargo no le tengo miedo, no suelo desistir... excepto esa vez que quizo enfrentar las cosas y trató de entablar una conversación. Y me bloqueó, tanto que no pude decir una palabra.
Sentí que algo extraño le estaba sucediendo y mi mente se vio amenazada por la idea de diluir para siempre el universo que habíamos construido.
Catorce horas tratando de alcanzarla en la nocturnidad de sus días son recompensadas por las cinco horas libres de pestañeos, cuando se vuelve fragil y brilla como nunca, cuando puedo permancecer a su lado sin que lo note. Esperando que la noche reparara el día y tuviera la certeza de que al despertar viera que sigo ahí , vuelve a sonar el despertador y ella acelera su corazón al compás de las lineas de su estúpida agenda.
Ya no importa que no me esperes, cuando el cansancio te gane nos encontraremos.
El viaje no es una carrera
Suscribirse a:
Entradas (Atom)