Hay muchas cosas que no me gustan del verano *
Entre ellas, la dificultad para poder dormir. Dar vueltas en la cama con el cosquilleo ahí a nivel del quiasma óptico. Comprenderás que puede resultar incómodo tratar de dormir con esas cosquillas, porque nadie puede defender el quiasma óptico y dejar indemnes tanto los ojos como los sesos.
Me gusta pensar que la Minina está enroscada a los pies de mi cama. Que sobre la silla me espera el uniforme del colegio, limpio, planchadito y junto a este mi delantal horriblemente enroscado, medio ajado por los tirones de mis compañeros, y algún que otro botón sobreviviente a un juego de tiña,matanza, o escondidas. La mega mochila tortuga ninja con los libros y cuadernos ordenados por tamaño, y los lápices de colores , esperando pintar las laminas que mi mamá me dibujaba y escribir cartas a mi padre pidiéndole disculpas por "portarme mal toda la semana más la mitad de la semana pasada y un cuarto de la semana antepasada".
Sueño despierta que todo está en su sitio, aunque quizás, nada ni nadie está donde debería.
Las puertas abiertas del armario distorsionan las luces que entran por la ventana. Es fácil imaginar figuras. Demonios. Ángeles. Elfos. Extraterrestres que quieren insertarme un microchip a nivel de mi espacio epidural.
Sueño despierta sin poder calmar el cosquilleo, ahí a nivel del quiasma óptico, con el corazón latiendo cada vez más lento, como si fuese a morir, pero con la certeza de estar a punto de despertar. Viva. Todavía.
Que llegue pronto el equinoccio de otoño.
*El sol,
la poca humedad,
los rayos UV y las ronchas en mi cara,
los incendios,
la extincion del verde,
Etcétera.