Aveces bajo las escaleras y me siento en el suelo del living mientras los demás duermen. A esa hora no me regañan por mi noctambulismo, pues ni se dan cuenta de que estoy en pie. No hace falta tampoco prender las luces, pues conozco de memoria por donde debo y no debo pasar(y de todos modos, la oscuridad mas grande la conocí en mi alma) .
Ya sentada en la alfombra atiendo la invitación que mi silencio ha hecho.
Escucho los ruidos de mi casa, el crujir de las paredes y de la escalera (está ultima parece que nunca deja de ser transitada). Las plantas se retuercen y algunas se quejan, me cuentan que llevan mucho tiempo abandonadas en el mismo rincón.
Suceden de pronto cosas que no explico, como cuando se cuela una brisa de calor, o un resplandor por la ventana (y no, no son los otros).
Después surgen las palabras atrapadas, los gritos contenidos ( los no contenidos tambíen), los susurros, los suspiros de cansancio, la angustia, las risas. Hasta que llega el vacío, que me ofrece ser una con la casa.
Le tracicionan sin embargo los ladridos de los perros, las hojas que caen, el gato que se acomoda en el tejado. Y entonces me recuerdan que no soy de ahí, que mi hogar está lejos...
Que está en ninguna parte.

Buscando el camino a casa (a mi verdadera casa).

Lo que podemos ser

si nos conectamos

lunes 15

Hola.
Sólo quiero contar que estoy a punto de explotar.
Me ahorraré la lata de contar las razones, pues me he dado cuenta que aquí la unica que me explota soy YO.
Asi que vine a advertirles que no anden muy cerca mío, pues en cualquier momento puede llegarles la onda expansiva y quedar todos salpicados de sesos y sangre.
ñau.

PS: y eso que es lunes.

primera vez

Nop, no es sobre "esas" primeras veces. Simplemente es la primera vez que veo cambiar el minutero del reloj de mi pantalla.